Recuerdo de Zahara

Para acceder a la alegría, la vida tiene que hacerse porosa. Aún cuando el precio incluya el dolor. Con frecuencia el sufrimiento debe excavar primero en nosotros la profundidad que después, vendrá a llenar la alegría.

José Tolentino

El 24 de Mayo de madrugada, Jesús y yo nos encaminamos, con ropa de abrigo y una mochila muy especial, hacia la playa.

Teníamos claro que en la estantería no lo podíamos dejar, y debatimos mucho sobre cómo y dónde realizar nuestro íntimo ritual de despedida. No se nos ocurrió mejor modo: lo haríamos en el lugar que lo concebimos.

¡Qué importantes son los rituales y qué necesarios son para la vida!

Lo dejamos marchar al amanecer, para que tuviese todo el día por delante para irse nadando allá donde quisiese. Nosotros nos quedamos sentados, abrazados, contemplando perplejos, como se iban transformando los colores en el cielo.