Olor elegido

La gente bella no surge de la nada.

Elisabeth Kübler-Ross

Llevo años un poco obsesionada con los químicos en los productos de higiene y cosmética que usamos a diario. Así que, a partir del comienzo de mi baja, hice una investigación exhaustiva sobre los mejores productos para bebés que hay en el mercado: pañales, cremas, geles… y seleccioné los que me parecieron mejores. Compré paquetes para probarlos en Félix, antes de decidirme por los que usaría de manera habitual. Para la colonia me dejé guiar por Rocío, mi fisio, y pedí el bote de 50 ml de Carelia.

Cuando me lo trajo el repartidor de correos, me pareció un olor maravilloso.

Al regresar a casa del hospital, tuvimos que pensar qué hacer con todas las cosas. Hubo gente que me dijo que sería mejor no ver nada al entrar, pero a nosotros nos pareció fundamental recoger lo que durante tanto tiempo y tanto cariño habíamos estado preparando. Todos los cachivaches de mis sobrinos que íbamos a reutilizar, el carro comprado de segunda mano y los materiales fungibles, los llevó Jesús a un campamento rumano cerca de su trabajo y se lo regaló a unas mujeres a las que hicimos muy felices; las cremas se las regalé a mi amiga María para su bebé; los regalos y la ropa que habíamos comprado, duermen aún bajo nuestra cama; y el frasco de colonia se lo llevó mi madre, para usarlo en su casa ya que yo no podía ni abrirlo.

Al comenzar la caja, tuve que volver a comprarlo.